Guatemala. 20 de agosto de 2023. Desde 2022 los guatemaltecos vaticinaban que el proceso electoral de este año, con el que se pretende renovar al poder ejecutivo, estaría marcado por amenazas y violencia, comparte una de las militantes del Movimiento Semilla. De cara al balotaje del 20 de agosto, Sputnik evalúa el peso del pasado en la inestabilidad que han encarado los comicios en Guatemala.
Fueron decenas las combinaciones partidistas de presidencia y vicepresidencia que se presentaron a la primera vuelta de las elecciones del 25 de junio, sin embargo, finalmente quedaron en la carrera por el ejecutivo guatemalteco la conservadora Sandra Torres, abanderada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y Bernardo Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo y aspirante por el Movimiento Semilla.
A días del resultado, que les permite contender por la segunda vuelta este domingo 20 de agosto, el Ministerio Público abrió una investigación contra el partido de Arévalo, en una maniobra que fue considerada como una amenaza contra la estabilidad política y la democracia de Guatemala, víctima de dictaduras, un golpe de Estado y una guerra civil, tanto por los ciudadanos del país centroamericano como por voces internacionales.
En ese contexto, Sputnik conversó con la socióloga Dinora Centes, militante de Semilla, y con el estudioso mexicano Juan Carlos Vázquez Medeles, especialista en Guatemala y Centroamérica, para entender los desafíos que atraviesa el país, en un proceso que, sin concluir, ya ha exhibido varios síntomas de riesgo e inestabilidad.
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“Ha sido una sorpresa muy grande”
A pesar de que desde 2022 se tenía temor de que la elección estaría marcada por la violencia, los militantes de Semilla, comparte Centes, no se imaginaban tantas irregularidades, “porque verdaderamente el pase de Bernardo Arévalo a segunda vuelta fue una sorpresa”, frente a candidatos con más poder político y económico, e incluso capacidad de compra de votos y de descarrilamiento de opositores.
“Sí ha sido una sorpresa muy grande estar en este momento de la historia”, declara la socióloga y atribuye este desarrollo exitoso de la movilización por la alternancia al voluntariado de quienes apoyan al Movimiento Semilla para divulgar en las calles su plan de trabajo.
“Siento que ha habido un deseo conjunto por transformar la realidad y por apostarle a algo que creemos que sí puede aportar muchísimo al país”, valora.
Desde su evaluación, el partido es ahora mismo la vía más asequible en Guatemala para salir de una crisis política prolongada por los últimos cuatro o cinco gobiernos.